El arte es de una inutilidad imprescindible. c de c 2015.

La publicidad y el arte son dos mundos que en ocasiones se mezclan, pero no por ello deben ir siempre unidos.

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El que fuera director de la Tate Modern Gallery hace unos años y actualmente director artístico del Hangar Bicocca, uno de los museos de arte contemporáneo más importantes de Italia, estuvo en el c de c 2015 para ofrecer su visión del arte y la publicidad. En una entrevista con el director de Yorokobu, Juanjo Moreno, Todolí defendió la idea de que el arte tiene que ser libre e independiente. Dijo que publicidad y arte son dos mundos que en ocasiones se mezclan, pero no por ello deben ir siempre unidos. “Hay anuncios que han marcado un antes y un después, pero no dejan de ser anuncios. Es cierto que muchos artistas han trabajado en publicidad y viceversa (Warhol, Dalí, Richard Hamilton…) y no me parece mal. Incluso, Hamilton decía que veía puntos en común entre la promoción del arte y de un producto…Yo lo que critico es que los museos se utilicen para atraer audiencia, como si fueran un programa de televisión. En mi opinión, un museo debe ser una institución de investigación para el artista, el intermediario entre el arte y la sociedad. Porque creo que es en la investigación donde está el enriquecimiento del artista”, dijo.

Para ilustrar la relación de grandes artistas con la publicidad, Todolí mostró algunas piezas, como la famosa película para Alka-Setzer que realizó Dali.

Todolí considera que el artista crea para sí mismo y que el precio del arte es algo totalmente arbitrario. “El valor y el precio en el arte no tienen relación alguna”, señaló.

A la pregunta de ¿quién decide que un trabajo es arte?, Vicente Todolí respondió que “es el artista quien tiene que decidir hacer arte, nadie más”.

En el transcurso de la entrevista, el comisario artístico confesó también su aversión por las redes sociales –“prefiero las relaciones de tú a tú”, señaló– y el mundo virtual. “Creo que cuando alguien visita un museo en internet su visión del mismo es superficial y ficticia”, apuntó al respecto. “La experiencia directa de la obra de arte es insustituible”, añadió.

Para finalizar, Todolí definió el arte como “una inutilidad imprescindible”. Y precisó que “es el artista quien tiene que autoimponerse hacer arte. Nadie más puede hacerlo por él”.