“La moda sólo evoluciona gracias a la creatividad y a la tecnología”, Gil Blancafort.

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El máximo responsable creativo de la agencia Yslandia y socio del c de c, Gil Blancafort, participó en el Madrid Fashion Film Festival para hablar de cómo influyen las nuevas tecnologías en el mundo de la moda.

Inició su intervención recordando la serie Superagente 86, porque, según sus palabras, esta serie, que nació en 1965, daba ya pinceladas de lo que sería la moda del futuro y muchas de sus secuencias intentaban conectar la moda a la tecnología y al cuerpo humano.

En la actualidad existen  muchas empresas que utilizan la tecnología al servicio de la moda, y por tanto, de su comunicación. Gil mostró algunos ejemplos.

La cadena de series y películas en streaming, Nextflix creó en 2015, unos calcetines inteligentes que pausan la serie si te quedas dormido. “Un acelerómetro detecta cuando has dejado de moverte durante un período prolongado de tiempo y envía una señal a la TV que pausa la reproducción”, explicó Blancafort. De esta manera, Nextflix comunicaba un canal utilizando la moda para conectar con su público. “La moda sólo evoluciona gracias a la creatividad y a la tecnología”, comentó.

La marca electrónica, Samsung, desarrolló el Blind Cap, un gorro de natación que utiliza tecnología Bluetooth para mejorar las condiciones de los nadadores no videntes. El gorro de baño cuenta con un sistema de vibración que alerta al nadador en el momento que tiene que realizar el viraje. Según el director creativo de Yslandia, es evidente que el producto es exquisito porque da valor añadido y ayuda al profesional.

La cadena de lencería femenina Victoria’s Secret fue la tercera referencia de Blancafort. Hace unos años crea Monitor Bra, el primer sujetador tecnológicamente diseñado para poder medir el ritmo cardiaco mientras se hace deporte gracias a una cinta magnética. Paralelamente, la marca de lencería japonesa Ravijour creó un sujetador inteligente que se conecta al móvil por bluetooth a través de una de sus copas. Con este dispositivo se mide el ritmo cardíaco y, cuando se alcanza la denominada ‘tasa de amor verdadero’ el broche se abre.

En la actualidad ya existe también un sujetador que detecta el cáncer de mama gracias a un equipo de estudiantes de la Universidad Nacional de Manizales.

Google y Levi`s son unas de las últimas empresas que se han sumado a la creación de textiles inteligentes con el Project Jacquard, una iniciativa que busca mezclar la tecnología con la moda creando ropa realmente útil. Las dos multinacionales han creado juntas un prototipo real de ropa tecnológica. “En los próximos años tocar el pantalón, la camisa o el abrigo podría ser la forma para desbloquear el teléfono hacer o contestar una llamada, mandar un mensaje o incluso hacer un selfie”, aseguró Blancafort.

Otro ejemplo que mostró Gil sobre tecnología aplicada al producto fue el body térmico creado por la empresa Rapife.com. Esta empresa se dio cuenta del gran número de padres primerizos que no detectaban si el bebé tenía fiebre.

En la actualidad ya existen bañadores con crema solar incorporada. “Un avance impresionante”, afirmó Blancafort.

The Ion Belt, un cinturón que sirve de cargador o el Smarttress.com, el colchón que detecta la infidelidad son algunas de las últimas novedades tecnológicas relacionadas con el mundo textil.

 

Para finalizar, Blancafort, mostró un ejemplo de un trabajo propio en el que tecnología y moda van de la mano.

En 2016 Reebok lanza una nueva edición de las zapatillas Reebok ZPump. Unas zapatillas que gracias a su exclusiva tecnología, The Pump, consiguen adaptarse perfectamente al pie de cualquier deportista.

Para dar a conocer el nuevo producto de la marca deportiva, Yslandia crea Reebok Zpump Urban Fit. Una máquina donde se recreaban las condiciones de entrenamiento de cualquier ciudad del mundo. El usuario podía elegir la temperatura, la humedad, la distancia, el viento, el clima, si se quería correr de día o de noche. Y a través del site Zpump Urban Fit, podía, además, personalizar su entrenamiento hasta el más mínimo detalle. Excepto una cosa: El lugar.

Un avanzado algoritmo indicaba en qué ciudad del mundo se encontraba esa carrera perfecta para entrenar según las condiciones elegidas, las que más se adaptaban a cada uno.