El Club de Creativos nació en 1999, cuando en el entorno predominaba lo analógico, en España pagábamos en pesetas y la novedad para los early adopters era un sistema de reproducción llamado DVD. Hablábamos de lo digital como si fuera un tercer medio, después del impreso y el audio­visual, y no había discusión: si tenías dinero, la televisión era el medio imbatible en eficacia.

Comparar el mundo de 1999 con el de 2019 es como comparar la vida en dos planetas, en caso de que hubiera vida en otro planeta distinto de la Tierra. Es cierto que seguimos hablando el mismo idioma, pero de lo que hablamos, y, sobre todo, cómo hablamos y nos relacionamos, es tan distinto que podría ocurrir en dos planetas diferentes.

El c de c se creaba a iniciativa de un grupo de creativos con tres objeti­vos fundamentales: ser nexo de unión y de comunicación entre creativos, proporcionar herramientas de mejora del trabajo creativo y disponer de una voz como colectivo profesional que busca defender su trabajo y sus intere­ses. Hoy es extemporáneo proponer crear una asociación para propiciar el contacto, pero en 1999 la red como espacio de encuentro no era opción.

La primera herramienta a implementar para mejorar el trabajo era establecer referentes y así la primera acción del club fue la publicación del Anuario de la Creatividad Española. La de 2019 será la vigésima edición de este libro.

Luego llegaron los cursos y seminarios, las conferencias, los Tours y los Versus, la Academia – marca que tuvimos que dejar caer porque CCC nos impidió registrar Academia c de c –, las exposiciones itinerantes con universidades de toda España y con el Instituto Cervantes en el extranje­ro, los talleres de Anunciantes, el Día C, los encuentros de Madrid y las tertulias de Barcelona, el Día A, el recién nacido Día E y, finalmente, los Días c de c y su celebración en San Sebastián.

Sí, han pasado 20 años, el mundo ha cambiado y el c de c, también. Ya no es solo una asociación de creativos, ahora en su seno hay anunciantes, productores, planners, diseñadores, analistas o profesionales de cuentas. Nos hemos mezclado con la clara conciencia de que la complejidad del mundo y de este sector necesita del concurso de muchos, de todos.

Cumplir 20 años para una asociación en España es un hito. En este país, no somos muy gregarios y sí un poco cainitas, así que habrá que pensar que el c de c sigue vivo porque ha conseguido seguirle el paso al cambio y porque la obsesión por ser útil a la industria ha dado algún fruto.

Para conmemorar el XX aniversario, hemos diseñado una exposi­ción que inauguramos en el c de c 2019 en San Sebastián, en la que repasamos estas dos décadas, y lo hicimos no solo en lo que respecta al c de c, sino en todo aquello que ha podido tener un impacto en la comunicación, desde acontecimientos económicos a cambios sociales.

En lo político, económico y social en España hemos conocido en 20 años lo que en otros momentos de la historia ha requerido siglos: desde guerras en las que nos metieron casi sin enterarnos, a la mayor crisis que haya vivido este país desde la llegada de la democracia, sin olvidar lo que nos ha cambiado la vida con la au­tomatización de determinadas tareas y con los avances tecnológi­cos de todo tipo, sobre todo en lo que a comunicación se refiere.

Esta transformación de la sociedad, sin embargo, no ha sido lineal, se ha producido a saltos, como casi todo, con avances y retrocesos. Por eso, a la hora de contar cómo han sido estas dos décadas de vida del c de c, hemos distinguido cinco etapas. Los cinco periodos marcados en función de factores económicos – cómo se va forjando una nueva economía con nuevos compe­tidores – y tecnológicos – cómo van apareciendo novedades que acortan el tiempo y la distancia hasta hacerlos casi desaparecer –, van de 1999 a 2003; de 2004 a 2007; de 2008 a 2010; de 2011 a 2014; y de 2015 a hoy.

(continuará…)