Cómo concienciar sobre la dimensión económica
de la actividad de un creativo.

El pasado 24 de octubre, el c de c celebró en Madrid la primera edición del Día E, una jornada en la que reconocidos profesionales de la industria dieron a conocer sus propuestas para mejorar la formación en creatividad y en la que también demostraron que las buenas ideas tienen impacto en el negocio. Y que, por tanto, la creatividad es una herramienta clave para las empresas. La jornada tuvo lugar en la sede de la Institución Libre de Enseñanza.

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Otro de los temas abordados en el Día E organizado por el c de c fue cómo hacer para concienciar a los directivos de empresas sobre las consecuencias económicas que en su empresa puede tener la actividad de un creativo. Sobre el valor, en definitiva, que la creatividad puede aportar a las marcas en términos de negocio.

Ezequiel Triviño, fundador de Wikreate Labs, dijo que habría que ir a las escuelas de negocio y facultades de ADE y Económicas para enseñarles que la creatividad impacta en la cuenta de resultados. “Hay estudios que lo demuestran”, dijo. Y añadió: “Eso lo tenemos interiorizado los profesionales de comunicación y marketing, pero no los profesionales del mundo de los negocios”.

Judith Francisco, directora estratégica y fundadora de Swing Swing, incidió en la idea de que los profesionales del sector están concienciados del valor que representa la creatividad, pero no las empresas. “Podríamos trabajar juntos desde las escuelas de creatividad y empresariales la implantación de un programa conjunto. Por ejemplo, que dos estudiantes de ambas disciplinas entraran, como una especie de célula, en una empresa para que identificaran problemas y dieran soluciones creativas”, señaló.

Por su parte, Dan Peisajovich, director de Complot Escuela de Creatividad Barcelona, habló de lo importante que es definir qué es ser creativo. En este sentido, dijo que “creativo es también un adjetivo, no solo un nombre. Lo que significa que ‘hay vida’ más allá de la publicidad”, apuntó. Y continuó diciendo que “las escuelas de creatividad deberíamos trabajar más en aportar iniciativas al mundo de los negocios”.

Triviño comentó al respecto que uno de los problemas es precisamente que “los ceos no están familiarizados con el entorno creativo y los creativos no saben cómo funciona una cuenta de resultados”.

Carlos Holemans, presidente y director creativo ejecutivo de El Laboratorio, propuso “dejar de ver la creatividad como expresión del talento humano y centrarnos más en los resultados, en la eficacia de ese trabajo”.

“Sería bueno”, apuntó Judith de Francisco, “que los estudiantes entiendan cual es el proceso que lleva a los casos de éxito”. Holemans añadió que otra propuesta que había surgido era la de analizar también los casos de fracaso. Asimismo, incidió en la idea de dotar de una mejor formación económica y empresarial a los estudiantes de creatividad. En este sentido, Judith de Francisco apostilló: “hay que vencer la resistencia que tienen los creativos, los estudiantes, a bajar a la parte numérica”.

Holemans resumió las conclusiones de esta mesa diciendo que en las escuelas debería enseñarse que la creatividad hay que emplearla para crear riqueza y negocio. “Habría que estudiar la creatividad sin separarla de la eficacia y fomentar el diálogo de equipos multidisciplinares de creativos, negocio y técnicos”, concluyó.